El ojo es un órgano que detecta la luz y es la base del sentido de la vista.
Usamos nuestros ojos en cada actividad que desarrollamos y nos permite ver e interpretar formas, colores, sombras, dimensiones de objetos del mundo que nos rodea, procesando la luz que percibe y que estos objetos reflejan. Pero es incapaz de ver en ausencia de luz.
Su función consiste básicamente en transformar la energía lumínica en señales eléctricas que son enviadas al cerebro a través del nervio óptico.
El ojo es una estructura esférica de aproximadamente 2,5 cm de diámetro con un marcado abombamiento sobre su superficie delantera, está lleno de un gel transparente llamado humor vítreo que rellena el espacio comprendido entre la retina y el cristalino.
Se compone de varias partes:
1- El iris: Es la parte coloreada del ojo. Su función es regular la entrada de luz aumentando o disminuyendo su tamaño según la intensidad de la misma.
2- La pupila: Es el orificio central del iris. Se dilata o contrae en función de la cantidad de luz existente.
3- El cristalino: Es la parte del ojo que enfoca el haz de luz en la retina.
4- La córnea: Es una de las partes externas del ojo. Protege al cristalino y al iris permitiendo el paso de la luz.
5- La retina: Es la parte del ojo sensible a la luz. Está compuesta por los conos y los bastones. El ojo tiene alrededor de 6 millones y son poco sensibles a la luz. Dan información sobre la nitidez y el color. Los bastones son muy sensibles. Con ellos percibimos el brillo y el blanco y negro. Envían la información al nervio óptico.
6- Nervio óptico: Conduce los impulsos nerviosos de los bastones y los conos al cerebro. El mensaje visual es transmitido en forma de señales eléctricas. El cerebro transformará esa electricidad en sensación visual.